¿Por qué no olvidar ese infierno personal que todos creemos llevar dentro
& comenzar a aceptar que frente a nosotros solo están las metas que
deseamos y podemos alcanzar?
En alguna conferencia hace tiempo ya, escuché a uno de mis maestros citar
una frase muy conocida de Miguel de Cervantes Saavedra, que dice: “Para lograr
un objetivo hace falta una de estas dos cosas: Que el que quiera, Pueda ó que
el que pueda, Quiera…” Por eso mismo se me ocurrió la magnífica idea de luchar
de una vez por todas contra los demonios que llevo dentro, o que “creo” llevar dentro.
He tenido la oportunidad de observar a mí alrededor, de escuchar, de
sentir… Todo parece ser tan sencillo, que no logro entenderlo. Me gusta
observar el amanecer, me fascina sentir la brisa de la mañana acompañada de un
poco de ejercicio físico y por la tarde degustar el dulce sabor del ejercicio
mental con algunos problemas de matemáticas, física, química, etc. Incluso,
hasta ahora he logrado comprender lo valioso y necesario que representa el
tiempo; corriendo de un lado hacia otro lado siempre, parece que el amigo
tiempo no perdona a nadie, ¡claro! Ya decía mi profesor de física: “El tiempo
es relativo…” Ahora comprendo claramente sus palabras. Sé que debo prestar más
atención a lo que dicen mis profesores dentro y fuera del salón de clases.
Todos estamos atrapados en un mundo cuyo límite está marcado por las
manecillas de un reloj; desde siempre me he preguntado ¿Por qué no podemos
escapar? ¿Escapar significa salir y no poder regresar?
-
Hey: ¡Muchacho! Llevas horas sentado en esta silla de la biblioteca. ¡Veo que ni con un libro de
termodinámica en las manos puedes olvidarte tus fantasías! ¡Caramba!
Al escuchar la vos de mi amigo José, mi mente, que divagaba por un mundo
distinto a este, volvió rápidamente a mí, permitiéndome contestar con un poco
de confusión:
-
¡Ohhh! Tienes toda la razón, por Dios, ¿¡Cuánto tiempo he estado aquí!?
Y José contestó:
-
¡No lo sé, querido ingeniero! Pero es bastante tarde ya y no es una buena
idea llegar tarde a nuestras casas; y mucho menos con toda nuestra tarea
pendiente.
En efecto, confirmé las palabras de mi compañero cuando en mi reloj,
observé marcadas las 10:14 p.m. Incluso no vi ni un alma alrededor mío más que
la de mi buen amigo.
-
Es verdad, ¡gracias por hacerme despertar de estas fantasías!, es hora de
retirarnos.
Mientras caminábamos hacia la puerta de salida de la biblioteca y de la
escuela, la curiosidad me llevó a preguntarle a José:
-
¿Y qué es lo que estabas haciendo en la biblioteca a esta hora?
José respondió:
-
Oye: ¡No eres el único que tiene problemas para entender algunas materias…!
Y prosiguió…
-
Verte perdido dentro de tus pensamientos me hace recordar que la vida es un
valle de lágrimas, y a la vez un valle de ilusiones…
Sus comentarios llamaban mucho mi atención…
-
¡Si! La vida es una canción, un poema o quizás una novela, ¡no lo sé!, pero
si de algo estoy seguro, es que esta dulce canción será más dulce cuando
terminemos nuestras tareas y dejemos de pensar en ese mundo tan fantasioso que
no podríamos hacer realidad. ¡Cuídate mucho amigo! Suerte con esas matemáticas…
Mientras observaba como José abordaba su camión y partía rumbo a su casa,
continuaba pensando:
-
¡Claro! Tan solo una fantasía…
Abordé el transporte que se dirigía hacia mi hogar mientras una voz no
dejaba de susurrar hacia mis pensamientos:
-
… Una fantasía… Una fantasía.
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