miércoles, 9 de mayo de 2012

El Valle de las Ilusiones. CAPÍTULO 1. Dulce Canción; Dulce Vida.


¿Por qué no olvidar ese infierno personal que todos creemos llevar dentro & comenzar a aceptar que frente a nosotros solo están las metas que deseamos y podemos alcanzar?

En alguna conferencia hace tiempo ya, escuché a uno de mis maestros citar una frase muy conocida de Miguel de Cervantes Saavedra, que dice: “Para lograr un objetivo hace falta una de estas dos cosas: Que el que quiera, Pueda ó que el que pueda, Quiera…” Por eso mismo se me ocurrió la magnífica idea de luchar de una vez por todas contra los demonios que llevo dentro, o que “creo” llevar dentro.

He tenido la oportunidad de observar a mí alrededor, de escuchar, de sentir… Todo parece ser tan sencillo, que no logro entenderlo. Me gusta observar el amanecer, me fascina sentir la brisa de la mañana acompañada de un poco de ejercicio físico y por la tarde degustar el dulce sabor del ejercicio mental con algunos problemas de matemáticas, física, química, etc. Incluso, hasta ahora he logrado comprender lo valioso y necesario que representa el tiempo; corriendo de un lado hacia otro lado siempre, parece que el amigo tiempo no perdona a nadie, ¡claro! Ya decía mi profesor de física: “El tiempo es relativo…” Ahora comprendo claramente sus palabras. Sé que debo prestar más atención a lo que dicen mis profesores dentro y fuera del salón de clases.

Todos estamos atrapados en un mundo cuyo límite está marcado por las manecillas de un reloj; desde siempre me he preguntado ¿Por qué no podemos escapar? ¿Escapar significa salir y no poder regresar?

-          Hey: ¡Muchacho! Llevas horas sentado en esta silla de la  biblioteca. ¡Veo que ni con un libro de termodinámica en las manos puedes olvidarte tus fantasías! ¡Caramba!

Al escuchar la vos de mi amigo José, mi mente, que divagaba por un mundo distinto a este, volvió rápidamente a mí, permitiéndome contestar con un poco de confusión:

-          ¡Ohhh! Tienes toda la razón, por Dios, ¿¡Cuánto tiempo he estado aquí!?

Y José contestó:

-          ¡No lo sé, querido ingeniero! Pero es bastante tarde ya y no es una buena idea llegar tarde a nuestras casas; y mucho menos con toda nuestra tarea pendiente.

En efecto, confirmé las palabras de mi compañero cuando en mi reloj, observé marcadas las 10:14 p.m. Incluso no vi ni un alma alrededor mío más que la de mi buen amigo.

-          Es verdad, ¡gracias por hacerme despertar de estas fantasías!, es hora de retirarnos.
Mientras caminábamos hacia la puerta de salida de la biblioteca y de la escuela, la curiosidad me llevó a preguntarle a José:

-          ¿Y qué es lo que estabas haciendo en la biblioteca a esta hora?

José respondió:

-          Oye: ¡No eres el único que tiene problemas para entender algunas materias…!

Y prosiguió…

-          Verte perdido dentro de tus pensamientos me hace recordar que la vida es un valle de lágrimas, y a la vez un valle de ilusiones…

Sus comentarios llamaban mucho mi atención…

-          ¡Si! La vida es una canción, un poema o quizás una novela, ¡no lo sé!, pero si de algo estoy seguro, es que esta dulce canción será más dulce cuando terminemos nuestras tareas y dejemos de pensar en ese mundo tan fantasioso que no podríamos hacer realidad. ¡Cuídate mucho amigo! Suerte con esas matemáticas…

Mientras observaba como José abordaba su camión y partía rumbo a su casa, continuaba pensando:

-          ¡Claro! Tan solo una fantasía…

Abordé el transporte que se dirigía hacia mi hogar mientras una voz no dejaba de susurrar hacia mis pensamientos:

-          … Una fantasía… Una fantasía.




No hay comentarios:

Publicar un comentario