Aquellos quienes afirmen que las clases de “comunicación oral y escrita” no
sirven para nada: ¡están en un error!, posiblemente de los más grandes. Porque
comunicarse, es un arte.
El dulce sabor de cada viernes, no tiene comparación con ningún otro día de
la semana; y a mi parecer: no disfruto ningún otro día tanto como el sagrado
viernes.
Aparte de “Comunicación Oral y Escrita”, la clase de “Cálculo Diferencial e
Integral” termina con una semana laboral para mi, que en ocasiones es
complicada y algunas otras es bastante tranquila.
-
¡Si señor! Luego de exponer un tema de Normas para la Redacción de Textos y
resolver algunas Operaciones Diferenciales, podré disfrutar de un exquisito fin
de semana.
Eso era lo único que pasaba por mi mente aquel viernes justo en el momento
en el que la profesora de “Comunicación Oral y Escrita” entró al salón de
clases, y después de pasar lista, me pidió iniciar con la exposición
correspondiente.
-
“¿Para qué inventar las reglas? Y aún más importante: ¿Para qué seguirlas?”
Esa fue la pregunta para iniciar con el tema, de la cual, hasta este
momento tengo varias decenas de respuestas derivadas una de otra que continúan
llevándome por distintos caminos para poder imaginarme más respuestas.
-
Tinta negra, papel blanco tamaño carta, letra del número 12, interlineado
de doble espacio, etc…
Surgían infinidad de reglas y pasos a seguir para alcanzar la perfección
escrita.
-
Utilización de títulos, abreviaturas, citas textuales, verbos en presente,
pasado y futuro…
Yo considero que esta exposición fue un éxito, solo espero que mis
compañeros y compañeras de clase hayan logrado redactar correctamente sus
informes y ensayos para la calificación final.
La nueva incógnita que vino a mi mente desde aquellos momentos es:
-
¿Podría alcanzar la perfección escrita?, me pregunto: ¿En qué consistirá?
Minutos antes de finalizar la clase, las palabras de la profesora fueron:
-
Recuerden que se necesitan Más Imágenes y Menos Palabras, no solo para
exponer, sino también para muchos otros propósitos, dependiendo de su
imaginación…
La clase terminó, y todos salimos del salón de clases; aún debía asistir a
la preciosa clase de matemáticas un poco más tarde y tenía algo de tiempo
libre, durante el cual por mi mente pasaban una enorme cantidad de ideas como
regularmente me sucede: miles de colores y de canciones, ilusiones y fantasías,
¡claro!
Pensaba en esto mientras escribía mucho de lo anterior y por segunda
ocasión el tiempo se fue volando para mí, solo puede darme cuenta de que la
clase de “Cálculo Diferencial e Integral” estaba a punto de iniciar, así que
rápidamente me dirigí al salón correspondiente.
Noté que la mayoría de mis compañeros en esta clase no había entrado o tal
vez no habían asistido, éramos muy pocos alumnos en esta clase, entonces el
profesor escribió algunos problemas en el pizarrón para resolver.
Yo intentaba resolverlos ¡desde luego!, y estaba concentrado en ello,
cuando de repente el profesor exclamó:
-
¡No intenten recordarlo! Se necesitan más imágenes y menos palabras. ¡Hagan
uso de su imaginación!
El profesor tomó sus plumones y comenzó a resolver estos problemas: ¡Eran
bastante fáciles!
Al resolver algunos problemas más, el profesor indicó que la clase había
concluido.
-
¡Estudien! En esta vida todo puede ser tan fácil o tan difícil como ustedes
quieran.
Luego de que el profesor abandonara el salón de clases, los pocos
compañeros que tomaban la clase en ese momento también abandonaron el salón y
por unos instantes me quedé a solas con mis pensamientos.
-
Fácil, difícil, sencillo, complicado…
Imaginaba que no había diferencia entre estas palabras…
Tomé mis pertenencias y lentamente abandoné las instalaciones de la
escuela. Y después de comprender que una imagen vale por muchas palabras,
continuaba caminando con una sonrisa.
-
¡¡Palabras y sentimientos, palabras y sentimientos…!!
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